Llegados a 2019, ir a la Japan Weekend a hacer una ronda de fotos a los cosplayers ya se había vuelto una especie de tradición. Aunque seguía teniendo conversaciones con las viejas caras conocidas detrás de tiendas y editoriales, ya había cosplayers que me reconocían y me paraban para charlar y hacer la foto. El estilo de foto por el que me había decantado desde un principio definitivamente era el tipo de foto que quería para estos eventos, y con cada nueva feria iba puliendo algunos detalles para poder minimizar el trabajo de edición.
En esta visita además coincidí con algunos de mis amigos de Lucifer Sabers, así que casi todo el mundo se hizo también su foto de rigor con un sable de luz. Esto no lo había anticipado, pero fue un buen aprendizaje para ajustar la iluminación adecuadamente con este tipo de prop luminoso en las fotos.
También fue la edición en la que me golpeó la cara que gente con la que yo había ido a ferias y jornadas tenía ahora hijos en edad de ir a ferias y jornadas. Un equilibrio delicado entre la ilusión de ver nuevas generaciones abrazando nuestros antiguos hobbies, y el terrible e inexorable paso del tiempo.
Recuerdo claramente que en esta ocasión fui sólo el sábado, porque además de echar el día en la Japan Weekend haciendo fotos y demás, por la noche estuve pinchando en Mi madre era una groupie hasta el cierre, así que el domingo sólo salí de la cama para hacer pis y comer un poquito.
Aquí os dejo las fotos, con un agradecimiento especial a Ceci Hernández por asistirme con la iluminación durante el evento.